El paisaje original ha desaparecido casi en su totalidad, fruto de la acción agrícola y ganadera que ha trabajado estas tierras desde época inmemorial. En la actualidad abundan los cultivos vitivinícolas, que le confieren a sus terrenos una agradable visión paisajística, donde podremos apreciar centenarios olivos que todavía se mantienen imperturbables al paso del tiempo.
Su terreno llano, es el apropiado para disfrutar de tranquilos paseos, donde destaca la presencia de La Vía Verde del Tarazonica que atraviesa el término municipal.
La villa nació a la sombra del Real Monasterio Cisterciense de Santa María de la Caridad de Tulebras, el más antiguo de la rama femenina de la Orden en España, que se instaló en este lugar en el siglo XII, siendo sus primeros pobladores arrendatarios, censatarios y criados de las monjas. La comunidad llegó procedente de Tudela hacia el 1157, en busca de un nuevo terreno donde instalarse persiguiendo la tranquilidad y sosiego inherente a su orden.
No obstante, existen evidencias de periodos anteriores, de gentes que dejaron su huella sobre el terreno desde la Edad del Bronce con talleres de sílex al aire libre, pasando por la Edad del Hierro.
El primer documento escrito en que aparece el topónimo de “Tolebras” es del año 1125. Se cree que correspondía a un lugar con un pequeño núcleo de población, rodeado de campos cultivados, seguramente, por familias musulmanas. Parece ser que se asentaban sobre una antigua “villa romana” y en la actualidad quedan restos de una torre en el recinto del Monasterio. No hay que olvidar tampoco que muy próxima a nuestro pueblo está la ciudad de Cascante, cuya importancia en la época de los romanos está más que probada.
En el periodo comprendido entre su aparición con poblado adscrito al Monasterio, hasta su conversión en Ayuntamiento, la población junto con la comunidad religiosa vivió los avatares históricos propios de la zona en la que se asienta, sufriendo las continuas disputas territoriales entre los diversos reinos con los que limitaba: Aragón, Castilla y Navarra.
En el siglo XIV el pueblo fue arrasado por las guerras castellanas de 1378 y hubo que volverlo a poblar mediante exenciones. Los vecinos habían abandonado el pueblo y quedaron solas las religiosas. Se planteaba el problema del cuidado de los campos del Monasterio y, por consiguiente, su sustento económico. Para cortar la total emigración y repoblar el lugar, las religiosas decidieron otorgar a los vecinos de Tulebras diferentes concesiones con una condición indispensable: que siguieran siendo braceros o colonos del Monasterio.
También la Guerra de Independencia dejó su huella en el pueblo ya que las tropas francesas saquearon el lugar.
La Desamortización cambió de manos la propiedad del lugar, pasando de la Iglesia a distintas familias de la pequeña nobleza de las poblaciones vecinas, hasta 1956 en que la Diputación Foral de Navarra dispuso la compra de las fincas para constituir patrimonios familiares entre los vecinos.
Pasó a convertirse en Ayuntamiento en la primera mitad del siglo XIX y siempre ha sido una población pequeña, llegando en la época de mayor densidad a los 198 habitantes.
El Monasterio de la Caridad es el principal referente de la localidad. Se trata de un monasterio de clausura donde sus monjas siguen manteniendo el particular modo de vida de la orden del Cister, en busca de la pureza y de lo imprescindible a través de la ausencia de cualquier adorno superfluo.
Su iglesia románica guarda el característico diseño con nave única y ábside semicircular, teniendo por cubierta una bóveda estrellada realizada en el siglo XVI. En el interior del templo destaca la gran mesa altar del siglo XIII y la imagen gótica de la Caridad realizada en el siglo XIV.
A estas obras le acompañan un brillante museo instalado en el interior del recinto, donde podremos apreciar un variado conjunto artístico, entre los que destacan un magnífico retablo renacentista, piezas de orfebrería, escultura y pintura de diferentes épocas.
Una vez en el exterior del templo podremos observar el claustro construido en el siglo XVI, y el palacio abacial barroco del siglo XVIII.
Al tratarse de un monasterio de clausura parte del recinto es inaccesible para las visitas. Ello no es óbice para apreciar el modo de vida y la tranquilidad que impregna el recinto.
A lo largo del año, diversas celebraciones alegran las calles de este pequeño pueblo y no faltan las visitas de Papá Noel y la Cabalgata de los Reyes Magos para los más pequeños en las fechas navideñas.
También se celebra la tradicional fiesta de San Antón,en el mes de enero, alrededor del pilar erigido en honor al santo y que data del siglo XIX.
Durante la fechas comprendidas entre el 19 y 22 de Agosto, Tulebras celebra sus fiestas en honor de San Bernardo que, junto a la Virgen de la Cama, se constituyen en patronos del pueblo.
En estos días esta pequeña población del Valle del Queiles se transforma y deja apartado su rutina diaria, dando paso a la alegría y la diversión.
El carácter abierto y amable de sus gentes queda patente con la celebración de diversos eventos públicos y gratuitos, entre los que destacan las actuaciones musicales y culturales y los actos gastronómicos (chistorrada, degustación de migas y bocadillos variados). También los niños son protagonistas y no faltan los juegos, las actuaciones de magos y los famosos “encierros chiquis” simulados.
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